El ron de Venezuela sale a conquistar el mundo
Solo, en las rocas o en un cóctel, el ron de Venezuela busca conquistar del mundo después de una laboriosa campaña por ganar espacios en su propio mercado.
Ganador de premios internacionales y muy apreciado en catas, este destilado de la caña de azúcar fue por mucho tiempo relegado en la otrora riquísima potencia petrolera, donde el whisky reina.
"Nadie es profeta en su tierra", dice a la AFP Diego Urdaneta, especialista en bebidas alcohólicas, al recordar que en los años 1990 un restaurante de Caracas consumía más whisky que todo Perú. "Ibas a un matrimonio, a una fiesta y solamente había whisky. Pedías un ron y era como '¿y quién es éste?'".
El whisky era la bebida de los ricos y el ron, hasta hace poco, la popular.
En los últimos años surgieron nuevas marcas y productos de alta gama, de añejamiento en distintas barricas, y otros de más baja calidad.
"Ha evolucionado mucho el mercado de rones en Venezuela, quizá alimentado porque muchas marcas tienen mayor relación con el mercado exterior, pero también para suplir o diversificar el mercado nacional", señala Urdaneta.
La producción del que para muchos es el mejor ron del mundo se realiza en un contexto difícil. Venezuela atraviesa una crisis económica crónica en una situación política tensa, agravada por la presión militar del presidente estadounidense Donald Trump contra su homólogo Nicolás Maduro.
Los fabricantes además enfrentan barreras burocráticas para poner su ron en el mercado internacional.
- La "bendición" de los dos años -
Aún así, el mercado del ron está en plena efervescencia en Venezuela.
El gigante estadounidense de los licores Brown-Forman, propietario entre otros del whiskey Jack Daniel's, adquirió en 2023 el célebre Ron Diplomático por 725 millones de dólares.
Esta compra se suma a las adquisiciones del histórico ron Pampero por parte del fabricante italiano Montenegro en 2024, y del Cacique este año por la compañía francesa La Martiniquaise. Los montos de estas últimas transacciones no son públicos, pero estuvieron en los cientos de millones, según expertos.
Estas empresas buscaban posicionarse en el mercado del "ron premium" con marcas venezolanas de referencia, explica François Boccalandro, uno de los fundadores del Ron Roble.
Venezuela se beneficia de buena temperatura y humedad para producir ron. Pero para que esta bebida alcohólica pueda llevar ese nombre, la normativa exige un añejamiento mínimo de dos años y un registro estatal.
La ley se adoptó en 1954 gracias a la relación que el dueño de una destilería tenía con el dictador de la época, el general Marcos Pérez Jiménez, derrocado cuatro años después, según las memorias del padre del actual director de ron Santa Teresa, Alberto Vollmer.
Entonces ese empresario, con mucho inventario y malas ventas, impulsó un registro público del añejamiento que solo él tenía.
Las otras marcas tuvieron que esperar dos años para volver a vender "ron".
"Fue un golpe muy duro para todas las roneras", pero "esa trampa se convirtió en una bendición para toda la categoría porque exigió (...) tener que mejorar los niveles de calidad", subraya Vollmer.
Los productores acordaron además en 2003 una denominación de origen controlada (DOC), con reglas estrictas sobre grados alcohólicos, caña de azúcar y añejamiento.
Vollmer explica que la iniciativa se inspiró en la falta de acción para posicionar el café venezolano, referente en el siglo XIX, lo que dio paso al colombiano.
"Teníamos que reposicionar la categoría ron no como una categoría minusválida sino como una realmente robusta con unas calificaciones extraordinarias", afirma.
- Barrica con dólares -
La producción de ron de Venezuela es de alrededor de un millón de cajas de nueve litros al año, según varios actores del sector, aunque otros la sitúan en torno a las 500.000 cajas.
Algunas marcas han surgido únicamente para la exportación y operan fuera de la DOC, con productos que varían en calidad.
Es un sector de alta competitividad, "que ha crecido con un estatus superior", destaca Guillermo Cárdenas, uno de los directivos del famoso Ron Carúpano.
"No es un mercado fácil", añade. A diferencia de otras bebidas, la producción de ron "es como que agarro unos dólares, los meto en una barrica y espero sentado dos, tres, 10, 15 años, el tiempo que sea necesario".
Los costos son altos, pero también el interés mundial, señala.
La mayoría de las marcas consultadas exportan entre 20% y 30% de su producción.
"Uno está compitiendo contra el mundo", tanto con otros rones como con otras bebidas alcohólicas (whisky, coñac, aguardiente, vodka), subraya Cárdenas, convencido de que el oro ámbar de Venezuela se impondrá.
G.Tomaselli--LDdC